Martes, 25 de mayo de 2021.- La Consejera de Salud del Gobierno Vasco, Gotzone Sagardui, ha destacado la puesta en marcha del Plan de Pacientes con Ictus, que hará hincapié en una actuación coordinada de toda la red asistencial con el fin de disminuir la mortalidad y la discapacidad, y de la Estrategia de Enfermedades Neurodegenerativas y Neuromusculares, que establecerá un abordaje multidisciplinar desde el punto de vista de la salud, social y de la investigación, promocionando la autonomía. En definitiva, Gotzone Sagardui ha expuestos estas líneas de trabajo en el marco de los dos objetivos más relevantes de su Departamento: asegurar la presencia de la salud en todas las políticas públicas y garantizar la salud de toda la población sin desigualdades. Ello, además, en torno al gran reto de integración de los servicios sanitarios y sociales, a lo que Departamento de Salud del País Vasco, está dando respuesta con la nueva Dirección Sociosanitaria.
Así lo ha puesto de manifiesto en la inauguración del Foro Retos Presentes y Futuros en la Integración del Paciente con Discapacidad, organizado por la Sociedad Española de Directivos de la Salud (SEDISA), con la colaboración de Ipsen, compañía biofarmacéutica global centrada en innovación y atención especializada, con el objetivo de abordar los retos de la atención al paciente con espasticidad en los servicios de Neurología y Rehabilitación. “La rehabilitación domiciliaria, reforzar el empoderamiento del paciente y sus familiares, la formación y la información, la selección de los tratamientos de forma individualizada, sin generalizar, la medición de los resultados en salud y la atención multidisciplinar son algunos de los retos más relevantes”, explica Jon Guajardo, Gerente de la Osi Barrualde Galdakao, vicepresidente segundo de SEDISA y delegado territorial de la Sociedad en esta comunidad autónoma. “Se trata, en definitiva, de organizar y gestionar la atención sanitaria en base a las acciones que generan y aportan valor”.
Dando un giro a la atención a la espasticidad
La espasticidad es común entre las personas con ciertas afecciones neurológicas a largo plazo. De hecho, se estima que afecta al 20-30 % de los pacientes que ha sufrido accidente cerebrovascular1 en torno al 84 % de los pacientes que tienen esclerosis múltiple1 y al 60-78% % de los pacientes que sufren lesiones medulares1. Desde el punto de vista de la Gestión Sanitaria, “se debe poner la atención en aquellos procesos que aportan valor, siendo la función un gran valor y demanda social”, explica Carmen Rodríguez Rodríguez, Gerente del Hospital de Gorliz. “En el caso del daño cerebral, los retos más importantes son la gestión de la autonomía de los pacientes y la sostenibilidad, dirigiendo los recursos a trabajar la función, tratando la espasticidad y el dolor y aportando medidas compensatorias”.
Para Pedro Tejada, Rehabilitador de la Unidad de Daño Cerebral del Hospital de Gorliz, es fundamental y un reto darle autonomía al paciente, empoderándole tanto a él como a los familiares y entorno más cercano: “Debemos trabajar para que dejen de ser agentes pasivos y que desarrollen una integración activa en sus tratamientos y recuperación y, asimismo, para que los tratamientos sean globales y multidisciplinares. Esto se consigue mediante la información y la formación, con portales y guías informativas, así como charlas a pacientes y familiares”. Asimismo, Pedro Tejada hace hincapié en la importancia de “analizar los tratamientos que se disponen y su selección dependiendo de cada caso, ya que no todo vale para todos los pacientes”.
En el ámbito, por otra parte, de la medición de los resultados en salud y de la aportación de valor de los procesos y tratamientos, la Neurología debe seguir avanzando, “incluyendo los PROMs (Patient Reported Outcomes Measures) y PREMs (Patient Reported Experience Measures), es decir la experiencia de los pacientes y lo que a ellos más les importa en el estudio de los resultados en salud”, explica Alfredo Rodríguez-Antigüedad, Jefe del Servicio de Neurología del Hospital Universitario de Cruces. “Esto pasa por concretar los parámetros de lo que para los pacientes supone la calidad de vida más allá de este concepto, como los espasmos, las caídas, la influencia sobre la vida laboral, la higiene y las relaciones sexuales, entre otros ítems, en el caso de la espasticidad”.
Actualización del Plan Nacional del Ictus
La Estrategia en Ictus del Sistema Nacional de Salud Estrategia fue aprobada por el Consejo Interterritorial del Sistema Nacional de Salud en noviembre de 2008 y, en la actualidad, se encuentra en proceso de renovación y actualización. “Hay dos áreas recogidas en esta Estrategia que no se han cumplido, que son la rehabilitación y la reinserción y la investigación y la innovación, que la actualización que se está llevando a cabo tendrá que abordar de forma importante”, explica Iñaki Gutiérrez-Ibarluzea, Director de Innovación Organizativa y Gestión en BIOEF (Fundación Vasca de Innovación e Investigación Sanitarias). De esta forma, según Gutiérrez-Ibarluzea, “la nueva Estrategia tendrá que abordar la promoción y la prevención de la salud y la atención sanitaria en la fase aguda, pero sobre todo aquellas áreas no cumplidas, incorporando a los pacientes en la toma de decisiones y en torno al concepto de aportación de valor, de valores y de inversión”.
[1], Garreta-Figuera R, Chaler-Vilaseca J, Torrequebrada-Giménez A. Guía de práctica clínica del tratamiento de la espasticidad con toxina botulínica. Rev Neurol 2010; 50 (11): 685-99.