· La cultura del fomento de las prácticas clínicas de valor o del right care es amplia, pero irregular y voluntarista y no goza de ningún incentivo por parte de los sistemas autonómicos de salud.
· La Gestión Sanitaria Basada en Valor ofrece la oportunidad a los pacientes de implicarse en las decisiones clínicas que les competen y de influir en la organización de las unidades clínicas que les atienden.
Palma de Mallorca, 4 de mayo de 2021.- “La Gestión Sanitaria Basada en Valor es un concepto que, más allá de la medida de resultados, pretende construir modelos sanitarios en los que los proveedores de servicios sean remunerados en base al valor que aportan a los pacientes y que los profesionales y las unidades clínicas sean evaluados de acuerdo con ello”, explica Jordi Varela, profesor de Gestión Clínica del Máster de ESADE. Así lo ha puesto de manifiesto este experto durante la Conferencia de Clausura de las XI Jornadas Nacionales de la Sociedad Española de Directivos de la Salud (SEDISA), que ha tenido lugar en formato online con sede en Palma de Mallorca bajo el lema Conocemos los retos: Activemos el cambio.
Una parte importante de la Gestión Basada en Valor es la “cultura del fomento de las prácticas clínicas de valor y, durante la Conferencia, celebrada bajo el título Por un marco evaluativo de las Organizaciones Sanitarias basado en valor, Jordi Varela ha explicado que “la cultura del fomento de las prácticas clínicas de valor o del right care, es decir, la atención sanitaria que aporta más beneficios que efectos no deseados y que tiene en cuenta las circunstancias del paciente, es amplia, pero irregular y voluntarista y, en todo caso, no goza de ningún incentivo por parte de los sistemas autonómicos de salud”.
Sin embargo, la aportación del right care y de la gestión basada en valor es fundamental y, en este sentido, “el principal aporte de la gestión sanitaria basada en el valor a las Organizaciones Sanitarias es evitar el derroche en actividades fútiles hasta en un 40% y eso se consigue ajustando los procesos a las necesidades reales de las personas y a la efectividad clínica”, hace hincapié Varela.
Por otra parte, respecto a los pacientes, se les ofrece la oportunidad de implicarse en las decisiones clínicas que les competen y de influir en la organización de las unidades clínicas que les atienden. En palabras de Jordi Varela, “la manera de evaluar los sistemas de salud tiene que abandonar tanto tecnicismo de medidas de eficiencia y productividad para concentrase, en cambio, en ver si los resultados que se consiguen se ajustan a expectativas realistas y a la manera de ver las cosas de las personas afectadas”.