¿Qué podemos aprender de la gestión de la pandemia?
Los aprendizajes adquiridos son múltiples y diversos: desde la importancia de la delegación de autonomía a los mandos intermedios (bajo un mismo amparo de directrices estratégicas), hasta el reconocimiento de la importancia de los dispositivos de vigilancia epidemiológica y salud pública, la constatación de la utilidad de la atención no presencial, la transformación del modelo de comunicación (tanto interna como externa), etc.
¿Cómo deben reenfocar los Directivos de la Salud su labor en la gestión sanitaria desde ahora?
Los directivos debemos aprovechar el fortalecimiento de la conciencia social sobre la importancia de los servicios sanitarios y su impacto reputacional para la toma de decisiones dirigidas a evolucionar el modelo de atención en todo aquello que se ha demostrado útil en esa pandemia (autonomía de gestión, atención no presencial, telemonitorización, seguridad clínica, colaboración intercentros, etc.) y para mejorar todo aquello en lo que hemos tenido más dificultades (gestión de los recursos materiales y aprovisionamientos, comunicación, salud laboral, atención a personas institucionalizadas, etc.).
¿Qué medidas cree que se deben adoptar a medio-largo plazo para conseguir un sistema sanitario sólido, foco de calidad y eficiencia?
Las medidas a adoptar no dejan de ser las mismas de las que hemos venido hablando en los últimos tiempos: mejora de la financiación, integración asistencial interniveles, fortalecimiento y transformación de la Atención Primaria, consolidación y optimización de la atención no presencial, etc. Pero a estos aspectos han venido a sumarse otros aspectos que se han revelado como inadecuadamente resueltos: revisión del modelo de atención sanitaria en residencias de personas mayores, fortalecimiento de las estructuras de salud pública, orientación preventiva y comunitaria de la asistencia sanitaria, etc.