D. Álvaro Muñoz Galindo. Subdirector Médico del Complejo Asistencial Universitario de Salamanca (CAUSA)

D. Eduardo Llamazares Cobo. Anestesiólogo – Reanimador Hospital Universitario Infanta Sofía
23 julio, 2020
D. Salvador Núñez Díaz. Jefe de Gestión Sanitaria (Control de Gestión) del Hospital Universitario Nuestra Señora de Candelaria (HUNSC)
23 julio, 2020

¿Qué podemos aprender de la gestión de la pandemia?

La pandemia por Covid-19 ha supuesto un auténtico test de estrés para el Sistema Nacional de Salud, llevando al límite a todos sus niveles asistenciales. Esta prueba ha permitido evidenciar fortalezas y debilidades. Entre las primeras, se debe destacar el elevado grado de cualificación y compromiso de sus profesionales, que ante un escenario de incertidumbre han sido capaces de asumir nuevos modelos organizativos, así como de generar vías clínicas, protocolos y algoritmos de tratamiento de la mayor calidad pese a la escasa robustez de la evidencia científica disponible.

Por el lado de las oportunidades de mejora, el escenario epidemiológico ha mostrado que instituciones tan altamente especialidades como las sanitarias, son en ocasiones rígidas para dar respuesta a retos que aparecen con un escaso margen temporal y con una intensidad mayúscula. En el caso concreto de los hospitales, similares a auténticos transatlánticos, debemos ser capaces que desde que se decide una variación de rumbo y se gira el timón, hasta que se lograr virar, el tiempo de respuesta sea el mínimo posible. La flexibilidad y la capacidad de respuesta en tiempos de pandemia, es cuestión de supervivencia.

¿Cómo deben reenfocar los Directivos de la Salud su labor en la gestión sanitaria desde ahora?

Los directivos sanitarios han asumido el liderazgo de la gestión de una manera valiente y decidida. En nuestro día a día, la labor del gestor giraba alrededor de programas de naturaleza eminentemente incremental, que perseguían generar mayor actividad y mayor rendimiento de las infraestructuras y profesionales. Esta experiencia nos ha hecho ser conscientes de la necesidad de asumir planteamientos más disruptivos, abriendo el abanico de nuestras actuaciones a nuevas formas de entender la actividad asistencial y la organización, diferentes colaboraciones, lejos de rigideces muchas veces autoimpuestas. No se trata de hacer más de lo mismo, se trata de hacer mejor.

¿Qué medidas cree que se deben adoptar a medio-largo plazo para conseguir un sistema sanitario sólido, foco de calidad y eficiencia?

El objetivo de lograr un Sistema Sanitario sólido, foco de calidad y eficiencia pasar por lograr estructuras que sean generadoras de conocimiento en al menos tres dimensiones. En primer lugar, debemos avanzar en el conocimiento de la propia actividad, con sistemas informativos que aporten valor para la actividad de clínicos y gestores, que sean ágiles y que no exijan esfuerzos sobrehumanos en la obtención de datos. En segundo lugar, debemos profundizar en el conocimiento de nuestras organizaciones, siendo conscientes de las capacidades de nuestros profesionales, compartiéndolas, fomentándolas y potenciándolas mediante la formación. Por último, la tercera dimensión, implica la creación de redes y recursos sanitarios que trabajen de manera coordinada, es decir, el conocimiento del sistema, la colaboración entre Atención Primaria, Atención Hospitalaria y el resto de recursos sanitarios y sociosanitarios. Ninguno de nosotros por separado es mejor que todos nosotros juntos.