Salamanca, 1 de marzo de 2018.- Que las organizaciones sanitarias deben transformarse en respuesta a los cambios de la sociedad y el servicio que deben prestar es un hecho, pero ¿cómo se materializa esta transformación y quién debe liderarla?. 150 directivos de la Sociedad Española de Directivos de la Salud (SEDISA) y de la Asociación Nacional de Directivos de Enfermería (ANDE) se dan cita hoy en la Hospedería Fonseca (Universidad de Salamanca) para analizar dicha transformación y el papel de los gestores sanitarios en la misma. “La transformación es estructural y organizacional desde el punto de vista asistencial, fijando la calidad como eje central del cambio”, explica Cristina Granados, Directora Gerente Complejo Asistencial de Salamanca y Delegada Territorial de SEDISA en Castilla y León. “En este punto, los gestores sanitarios estamos llamados a liderar esta transformación, ya que somos el punto de conexión entre las políticas sanitarias autonómicas y el día a día de las organizaciones sanitarias, los profesionales sanitarios y los usuarios del sistema”.
El Foro, que se celebra en el marco del Octavo Centenario de la Universidad de Salamanca bajo el título Los gestores sanitarios como líderes en la transformación de las organizaciones, “tiene el objetivo de analizar cómo llevar a cabo dicho liderazgo, compartir experiencias, ajustar los cambios asistenciales a los cambios estructurales y poblacionales y materializar el papel de la calidad en los mismos”, afirma Cristina Granados, que ha coordinado el encuentro. Para ello, durante éste, se presentarán experiencias en torno a tres temas: grandes cambios estructurales, cambios organizativos asistenciales y la calidad como motor en la transformación de las organizaciones.
Transformación para dar respuesta a la sociedad, a la calidad y a la eficiencia
Las organizaciones deben transformarse hacia donde está evolucionando la sociedad, para así poder dar respuesta a sus necesidades de salud, y a favor de la calidad y la eficiencia. Según Jesús Sanz, presidente de ANDE, “si tenemos una población envejecida, con procesos crónicos y con mucha necesidad de cuidados, habrá que abandonar el modelo hospitalcentrista y hacer una buena planificación de atención y cuidados a estas personas en su propio contexto. Además, si tenemos una sociedad muy adherida a las tecnologías de la información y la comunicación (TIC), habrá que adaptar muchos de los servicios que se prestan de forma presencial a otras formas de atención como telecuidados, teleasistecia, teleconsulta, etcétera”. Para ello, se debe potenciar que los profesionales asuman nuevos roles, “reorganizando la prestación de servicios, evitando la sobrecarga de unos y la infrautilización de otros”, explica el presidente de ANDE.
Pero esta transformación pasa también por un cambio en los resultados que se han de medir. Y es que, en palabras de Jesús Sanz, “si se continúa midiendo a las organizaciones por actividad y no por resultados seguirán produciéndose ineficiencias, práctica basada en la intuición, la tradición o el poder y con un coste innecesario e inasumible”.
En el proceso de esta evolución, los gestores sanitarios que dirigen las organizaciones sanitarias están obligados a liderar y hacer posibles las medidas que se han de adoptar. Se trata del nivel de mesogestión, “en el punto medio entre las autoridades, que deben trazar las grandes líneas estratégicas sobre las que trabajar, y los jefes clínicos, que deben trazar el día a día en la microgestión”, explica Modoaldo Garrido, Vicepresidente Primero de SEDISA. “Para que la transformación sea posible y un éxito resulta imprescindible, en el marco de la mesogestión, dar apoyo a las autoridades para redefinir la estrategia en función de lo que es posible desde el punto de vista asistencial y de las organizaciones”.
En la evolución de las organizaciones sanitarias son imprescindibles los sistemas de gestión de la calidad, en tanto en cuanto ésta mejora la experiencia del paciente y, además, aporta eficiencia. Según Modoaldo Garrido, “la calidad es motor del cambio y del aseguramiento, funciona como sistema de control, lo que sirve de seguimiento de la estrategia de la organización y de análisis de si ésta va alineada con la estrategia de las autoridades”. Durante el Foro se van a presentar experiencias de éxito sobre EFQM, certificaciones ISO y las acreditaciones Joint Comision. “Todas ellas son necesarias”, afirma Modoaldo Garrido, quien además añade que “mientras que la EFQM evalúa la calidad total y las certificaciones ISO el aseguramiento, las acreditaciones certifican la calidad en áreas asistenciales concretas”.
Liderazgo y profesionalización
Para llegar a poder desempeñar el liderazgo necesario, SEDISA y ANDE coinciden en destacar que la profesionalización -fundamentada en formación, experiencia y formación continuada- es primordial y clave. “Para liderar el reto de la transformación están preparados aquellos gestores que tienen las competencias necesarias, los que tienen formación, experiencia, ganas y una visión realista del actual panorama sociosanitario”, explica Jesús Sanz. “El problema es cuando se asume la responsabilidad de gestionar una organización sin haber adquirido estas competencias o cuando los criterios para designar a los gestores de las organizaciones son políticos, solo la formación académica u otros criterios no profesionales”.
Respecto a la viabilidad de liderar la transformación desde la mesogestión, el vicepresidente primero de SEDISA hace hincapié en que “es clave contar con autonomía de gestión y ver qué medidas se pueden adoptar y son viables para hacer efectiva la transformación de las organizaciones sanitarias”.
En este marco, el papel de los directivos de enfermería en el liderazgo de la transformación debe ser el mismo que el del resto de directivos, desde su área de responsabilidad y para el conjunto de la organización. A este respecto, Jesús Sanz afirma que “los directivos de enfermería por su formación tienen una visión holista de la persona y sus necesidades, no centrándose solo en el aspecto físico de la enfermedad, lo que aporta una visión muy estratégica a las organizaciones y las transformaciones necesarias. Se trata de una perspectiva realista de las necesidades de salud de las personas, cercanía con los pacientes, capacidad de adaptación, altos niveles de organización y sobre todo un producto único, que es el cuidado y que en la realidad en la que nos movemos debe ser el eje de la atención sanitaria”.
En cuanto a la transformación de las organizaciones sanitarias en este ámbito, a modo de ejemplo, el paso de la dirección de enfermería a la dirección de procesos en las organizaciones “aporta la gestión por procesos como estrategia organizativa y dirigida a resultados, por el que las organizaciones hacen llegar a los usuarios el producto o servicio demandado, transformando la actividad del personal y materia prima en resultados”, concluye el presidente de ANDE.