Teruel, 25 de octubre de 2024.- En el caso de los ecosistemas dispersos, la tecnología juega un papel crucial al permitir la integración y colaboración efectiva entre diferentes niveles y profesionales de la salud, sin importar su ubicación geográfica. “Esto mejora la accesibilidad, la continuidad de la atención y la equidad en la asistencia sanitaria”, explica Ana Vecino Soler, Vocal de la Asociación Nacional de Directivos de Enfermería (ANDE) en Aragón. “A través de plataformas digitales, telemedicina y sistemas de información compartidos, se facilita el acceso a datos y recursos en tiempo real. De esta manera, se superan las barreras geográficas, se mejora la coordinación de la atención y se garantiza que las personas puedan acceder a programas tanto preventivos como rehabilitadores eficaces y que los pacientes reciban un tratamiento continuo y de alta calidad, independientemente de dónde se encuentren”.
Durante la 1ª Jornada Precongresual del 24 Congreso Nacional de Hospitales y Gestión Sanitaria, que se está celebrando ayer y hoy en Teruel, bajo el título Ecosistemas Dispersos. La Tecnología como catalizador de la Innovación, se está analizando la aportación del trabajo en red y la tecnología en territorios dispersos, como es el caso de Teruel. En palabras de Ana Vecino Soler, “las Organizaciones Sanitarias conectadas optimizan la gestión de la salud al facilitar el intercambio de información y la coordinación de servicios y niveles de asistencia. Esto permite una respuesta más rápida y efectiva a las necesidades de la población y en particular de los pacientes. Como resultado, se optimiza la calidad de la atención sanitaria en todos sus aspectos, abarcando la promoción de la salud, la educación sanitaria, el diagnóstico preciso, el tratamiento efectivo y la rehabilitación integral de condiciones tanto agudas como crónicas”.
Para es fundamental el trabajo en red. Según explica Julio Zarco Rodríguez, Director Gerente del Hospital Universitario Infantil Niño Jesús, “en una sociedad abierta donde la perspectiva sistémica hace que las relaciones sean colaborativas, las organizaciones socio-sanitarias deben buscar la eficiencia, la eficacia y la efectividad a través de la concentración de la experiencia y de la creación de Nodos y Redes. Este concepto de N/R se estructura y vertebra con un soporte tecnológico que permita compartir, interaccionar e incluso hacer en la distancia”. Ello aporta eficiencia, una mejor toma de decisiones y una atención más personalizada. “La conectividad entre organizaciones permite un uso más racional de los recursos y una mayor satisfacción de los pacientes al facilitar la accesibilidad y la continuidad de la atención”, añade Ana Vecino Soler.
La tecnología tiene un papel clave como catalizador, si bien, en palabras de Julio Zarco Rodríguez, “la innovación tecnológica debe ir asociada a la innovación organizacional y, de esta manera, facilitar la interconexión. Las organizaciones rizomáticas generan adaptabilidad, interconectabilidad y dinamismo”.
Zaragoza se convertirá en la capital de la Sanidad multidisciplinar, participativa e innovadora en 2025 en el 24 Congreso Nacional de Hospitales y Gestión Sanitaria, organizado por la Sociedad Española de Directivos de la Salud (SEDISA) y la Asociación Nacional de Directivos de Enfermería (ANDE). A lo largo de este Congreso se analizará y debatirá sobre el presente y el futuro de la provisión de los de servicios integrando los servicios sanitarios y sociales, garantizando la mejor gestión de la salud a los ciudadanos, con calidad y eficiencia.
Tecnología e innovación
Uno de los mayores retos al que se enfrenta el Sistema Sanitario es cómo lograr que todos los actores del mismo se alineen para enfrentar los desafíos actuales. “La tecnología ha estado revolucionando el sector salud durante años, pero ahora estamos ante un salto disruptivo, no evolutivo”, explica Zoraida Soriano Gil, Directora de Área de Producción de Conocimiento e Innovación del Instituto Aragonés de Ciencias de la Salud. “La llegada de la Inteligencia Artificial y la biocomputación ha cambiado completamente las reglas del juego. No se trata solo de mejorar lo que ya tenemos, sino de transformar la manera en que diagnosticamos, tratamos y gestionamos la salud. Este cambio nos lleva a una transformación tan profunda que no sabemos con exactitud cómo será el sistema cuando salgamos de este proceso. Por ello, es crucial seguir cada avance milimétricamente y asegurarnos de que su impacto se traduzca en una mejora real para el paciente”.
En este sentido, esta experta explica que “la Inteligencia Artificial y la biocomputación están permitiendo cosas que antes eran impensables, como realizar diagnósticos en segundos, personalizar tratamientos basados en datos genómicos o predecir brotes de enfermedades a través del análisis masivo de datos”.
El Instituto Aragonés de Ciencias de la Salud (IACS) está comprometido con liderar esta transformación disruptiva en el ámbito de la salud. “A través de proyectos como BIGAN, nuestro data lake sanitario, estamos aprovechando el poder de la biocomputación para analizar grandes volúmenes de datos clínicos y convertirlos en conocimiento aplicable. Sabemos que el impacto de estos avances será profundo, pero también que debemos seguir de cerca cada desarrollo, adaptarnos rápidamente y mantener siempre la mirada puesta en su transferencia efectiva al paciente. Nuestro enfoque es claro: garantizar que cada avance tecnológico en investigación y tratamiento repercuta directamente en mejorar la salud de la ciudadanía”, hace hincapié Zoraida Soriano Gil.