El relevo general que permita un desarrollo de las nuevas tecnologías en el Sistema Sanitario, clave para mejorar la calidad asistencial

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  • Garantizar la seguridad del paciente y capacitar a los profesionales es esencial para que el Sistema Sanitario afronte el reto de la incorporación de las nuevas tecnologías.

 

  • El relevo generacional es crucial ya que al menos la mitad de los directivos que trabajan en las distintas instituciones sanitarias a nivel nacional tiene 55 años o más.

 

  • Mejorar la calidad de vida de los pacientes requiere de ampliar los actuales servicios de ayuda a domicilio.

 

Madrid, 28 de junio de 2024.- La Inteligencia no humana puede potenciar nuestras capacidades, mejora la seguridad de los pacientes, optimiza tratamientos personalizados y aumenta la eficiencia operativa, permitiendo un mejor uso de los recursos y una atención más rápida y precisa para los pacientes”, destaca Julio Mayol Martínez, Jefe Sección Cirugía del Hospital Clínico San Carlos de Madrid y Vocal Agrupación Territorial de la Sociedad Española de Directivos de la Salud (SEDISA) Madrid, durante el IV Congreso Internacional SEDISA Madrid. El futuro de la salud, los nuevos talentos y la voz y rol del paciente han sido los temas principales de este Congreso. Y es que “el Sistema Sanitario debe enfrentar la integración tecnológica, garantizar la privacidad y seguridad de los datos, y capacitar a los profesionales para trabajar con estas nuevas herramientas sin perder el enfoque humano y éticamente apropiado en la atención al paciente”.

Esta transformación debe afrontarse incorporando nuevos talentos en el Sistema Nacional de Salud. En palabras de Óscar Soto Arriazu, Técnico de Gestión para la Dirección de Gestión del Hospital Universitario Severo Ochoa, “las nuevas generaciones de profesionales traen consigo conocimientos más actuales y habilidades tecnológicas más avanzadas. De este modo, las personas pueden estar más dispuestas a utilizar nuevas tecnologías e innovaciones en la práctica médica y en la gestión de servicios de salud, logrando mejoras en la eficiencia y calidad de la atención sanitaria prestada”. Además, teniendo en cuenta el importante reto de la digitalización, están incorporaciones suponen “una aportación de aptitudes tecnológicas y sociales que, combinadas con la experiencia del gestor senior y asegurando un relevo del conocimiento de manera ordenada, permitirán mejoras en el proceso de atención a nuestros pacientes, familiares y acompañantes, consiguiendo eficiencia y sostenibilidad para el Sistema en su conjunto”. Además, es necesario tener en cuenta que “al menos la mitad de los directivos que trabajan en las distintas instituciones sanitarias a nivel nacional tiene 55 años o más. Es decir, aunque solo fuese por una cuestión estructural, el sistema sanitario nacional debe trabajar conjuntamente con las autoridades políticas para encontrar soluciones reales a este problema”.

Este relevo generacional requiere de enfrentar diferentes retos que deben ser abordados a través de “sueldos más competitivos, un cierto reconocimiento social a nuestra labor y una mayor estabilidad respecto a la injerencia política en nuestro trabajo, estaremos más cerca de lograr el ansiado relevo generacional de los directivos sanitarios”.

Todos estos cambios deben ser realizados teniendo en cuenta el objetivo último, mejorar la calidad de vida de los pacientes. Para ello, deben tener capacidad para alzar la voz. En el caso concreto de los pacientes con esclerosis lateral amiotrófica (ELA), “es fundamental que sean los propios enfermos de ELA quienes nos cuenten cómo se sienten, cómo conviven con la patología y qué necesitan”, señala Rosa María Sanz Palomero, gerente de la Asociación Española de Esclerosis Lateral Amiotrófica (adEla). A través de esto sería posible “que la sociedad se sensibilice sobre esta cruel enfermedad y que las administraciones públicas puedan conocer de primera mano la realidad diaria, las necesidades concretas y las reivindicaciones de las personas que sufren ELA. Al final, lo único que pedimos es que se nos garantice un derecho que está reconocido en nuestra Constitución: el derecho de los ciudadanos, también de los afectados por la ELA, a la protección de su salud, protección que, según el artículo 43, compete a los poderes públicos y debe ser tutelado, entre otros, a través de las prestaciones y servicios necesarios”.

Es de suma importancia concienciar sobre la importancia de la financiación, destaca. “Según nuestros cálculos, los gastos anuales a los que tiene que hacer frente una familia con un paciente de ELA en una fase intermedia de la enfermedad para que éste tenga la asistencia y cuidados necesarios son de entre 35.00 y 40.000 €, cifra que se incrementa a un mínimo de 60.000 €/año en una fase avanzada y si el paciente se ha hecho la traqueostomía. Sólo un 6% de las familias pueden hacerse cargo de este importe”. Además, añade que “es necesario que la Administración amplíe sus actuales servicios de ayuda a domicilio (tanto en lo que se refiere a cuidadores especializados que apoyen a las familias que atienden cada día de los enfermos en sus casas como en cuanto a profesionales sociosanitarios expertos en ELA), y de contar con residencias para la atención integral de los pacientes con ELA en las que los enfermos que lo necesiten puedan vivir atendidos y cuidados las 24 horas del día. Todo ello es fundamental para que se cumpla el deseo de vivir de muchos afectados de ELA y no permitir que en nuestro país haya personas que por motivos económicos opten por morir cuando lo que de verdad querrían es vivir”.