Madrid, 10 de diciembre de 2020.- Las comunidades autónomas han desempeñado y están desempeñando un papel fundamental en la gestión de la pandemia. La reorganización de los niveles asistenciales y de los recursos de todo tipo, la gestión para la no saturación de los centros asistenciales, el incremento del número de camas de hospitalización y camas UCIs, la coordinación y publicación de los datos epidemiológicos y la asistencia a pacientes no Covid-19 son solo algunos de los retos a los que se han enfrentado y se siguen enfrentando. “La gestión, como pieza clave del sistema, también salva vidas y también en crisis sanitarias, independientemente del tipo de crisis que sea. Una gestión que debe estar profesionalizada para facilitar herramientas cuanti y cualitativas que faciliten y hagan posible la labor de profesionales sanitarios en un marco de escasez de recursos de todo tipo”, explica Joaquín Estévez Lucas, presidente de la Fundación Española de Directivos de la Salud (Fundación SEDISA) y moderador del Encuentro DIRECTIVOS, ¿Cómo mejorar la asistencia sanitaria en la pandemia?, el último del Ciclo de Encuentros de Gestión Sanitaria en tiempos de pandemia que la Sociedad Española de Directivos de la Salud (SEDISA), con la colaboración de Janssen.
El Encuentro ha hecho posible conocer la gestión de la pandemia por parte de tres Servicios Regionales de Salud de mano de sus directores gerentes: el Servicio Canario de Salud, el Servicio Navarro de Salud (Osasunbideia) y el Servicio de Salud de Castilla La Mancha (SESCAM). Hospitales de campaña, hoteles medicalizados, compra de material de protección, procesos de teleasistencia y telefarmacia, gestión de centros sociosanitarios, contratación de profesionales, la atención a la cronicidad y la implementación de protocolos son algunos de los temas sobre los que se ha debatido, en los que ha quedado patente la necesidad de la profesionalización de la Gestión Sanitaria. En palabras de Conrado Domínguez Trujillo, Director del Servicio Canario de Salud, “la profesionalización de la Gestión Sanitaria, la estabilidad en los equipos directivos y que éstos cuenten con la formación adecuada fundamental, no solo para épocas de crisis sanitarias como la ocasionada por el Covid-19, sino también para hacer frente a los problemas globales del sistema, que van a perdurar en el tiempo”.
La pandemia ha acelerado, desde la primera ola, procesos que hubieran tardado muchísimo tiempo en implementarse en situación de normalidad asistencial, como la dispensación de medicamentos en las oficinas de farmacia en vez de en los centros de Atención Primaria -algo que se logró en 24 horas en Canarias- la Telemedicina, la Telefarmacia y la priorización de la consulta telefónica en Atención Primaria. En el caso de Canarias, Conrado Domínguez Trujillo explica que “la adaptación al cambio sólo ha sido posible gracias a la flexibilidad del sistema, ya que muchos proyectos estaban iniciados y al esfuerzo de los profesionales; desde la puesta en marcha inmediata de los rastreadores, no nos olvidemos que el primer caso se dio en la isla de La Gomera, a la creación de un Comité de Gestión de Crisis, con implicación de profesionales de otros ámbitos han supuesto elementos importantes en la gestión de la pandemia, que ha habido que continuar amoldando a las circunstancias como poner en marcha un procedimiento dinámico de adquisición de material de protección”.
Por su parte, el plan de contingencia en la primera ola en Navarra supuso la Atención al Paciente en la Red, la ordenación y gestión de profesionales, la planificación y gestión logística, monitorización y control de gestión y la puesta en marcha de criterios de reprogramación asistencial. Respecto a la readaptación de Servicios Sanitarios, Gregorio Achutegui Basagoiti, Director Gerente del Servicio Navarro de Salud-Osasunbidea, afirma que “se realizaron nuevas contrataciones (en Atención Primaria y para refuerzo sociosanitario, rastreo, toma de muestras, cribados y seroprevalencia), se acondicionaron nuevas áreas y se pusieron en marcha circuitos diferenciados, reservas estratégicas, refuerzo de la automatización analítica, adaptación de los Sistemas de Información, refuerzo de recursos concertados, contratación de recursos de alojamiento en aislamiento, priorizándose la atención de pacientes Covid-19”.
De esa primera fase, Regina Leal Eizaguirre, Directora Gerente del Servicio de Salud de Castilla-La Mancha (SESCAM), destaca el gran trabajo realizado por el equipo de información telefónica a la población: “El equipo de la línea constaba de 64 personas, con turno rotarios de Día y Noche de doce horas. Las líneas disponibles de día han sido 20, con el mismo número de operadores y de noche han sido 8. Se han atendido un total de 237.604 llamadas (el 73,5% entro durante los primeros 7 días)”. En cuanto a la actividad quirúrgica no Covid-19, Regina Leal hace hincapié en que solo hubo una disminución del 25% en la primera ola.
Un punto fundamental en la gestión en todas las comunidades autónomas ha sido, sin duda, la gestión de las residencias de mayores. En Castilla La Mancha, en este sentido, sigue activo el Plan Estratégico para ello puesto en marcha el 15 de marzo. “Se han derivado a hospital 39 residentes por día (2.988). De todos ellos, han ingresado 1.800 (el 65%), de esos ingresados han fallecido 504 (el 28%) y de los fallecidos de residencias, el 40% lo ha hecho en un hospital. Se han realizado 580 intervenciones sanitarias en residencias, se han repartido casi 2 millones de EPIs, y se han contratado 234 profesionales sanitarios”, explica Regina Leal.
Son muchos los retos en la Gestión Sanitaria que deja la pandemia, tanto en la gestión de ésta como desde un punto de vista general y global. Dos de ellos es la Salud Pública y el refuerzo de la Atención Primaria desde una perspectiva estratégica. “Desde el punto de vista de Salud Pública”, hace hincapié Conrado Domínguez Trujillo, “no estábamos preparados para hacer frente a una pandemia similar. La Covid-19 ha puesto de manifiesto la necesidad de dotarla de metodólogos y de más Recursos Humanos, que participen en la toma de decisiones complicadas y estratégicas, como en relación a la movilidad y las restricciones”. En cuanto a la Atención Primaria, el Director del Servicio Canario de Salud afirma que “la pandemia ha puesto de manifiesto que hemos de tomarnos en serio el refuerzo de este nivel asistencial, desde un punto de vista estratégico, sobre todo en el ámbito de la salud comunitaria y no solo con una mejor coordinación con la Atención Especializada sino también con la Salud Pública”.
Vuelta a la normalidad asistencial
En el plan de transición y contingencia en la nueva normalidad, Gregorio Achutegui Basagoiti, explica que “en Navarra se ha trabajado para la recuperación de la actividad asistencial en la red y las capacidades estratégicas, así como el control de gestión y las métricas”. Esta vuelta a la normalidad asistencial requiere, según el Gerente del Servicio Navarro de Salud, “mantener el dispositivo Covid en máximos, dar prioridad a vacaciones del personal de servicios sanitarios, la programación ordinaria de actividad regular tras las vacaciones navideñas, planes de recuperación de actividad demorada y planes de recuperación en niveles normales de actividad presencial en Atención Primaria”. En definitiva, superar el periodo navideño con el mínimo impacto y afrontar el periodo transitorio hasta la generalización de la vacuna.
Para Regina Leal, esta vuelta a la normalidad, debe realizarse bajo tres premisas: “Mantener la seguridad de los pacientes, profesionales y ciudadanos, la reversibilidad rápida y la baja densidad y frecuentación de personas”. En dicha vuelta a la normalidad, para la Directora Gerente del SESCAM, se deben tener presentes las lecciones aprendidas de la pandemia, “como que las personas deben ser responsables de su protección y la de los demás; que las comunidades deben garantizar que los servicios y la ayuda se planifiquen y adapten en función de su conocimiento y contexto locales, y que los gobiernos deben liderar y coordinar la respuesta de todos para activar y dar fuerza a la ciudadanía y comunidades, de modo que se impliquen en la respuesta mediante la comunicación, la educación, la participación, la creación de capacidades y el apoyo. Además, han de poder hacer uso de toda la capacidad disponible en el ámbito público, comunitario y privado para ampliar rápidamente el sistema de salud”.
Conrado Domínguez Trujillo añade que “en esta etapa resulta fundamental la comunicación con la población que ya está cansada de las nuevas normas, lo que ya conocemos como Fatiga Pandémica, la transparencia de los datos y la protección de los profesionales”. En este sentido, señala que “es preciso conciliar la gestión de la pandemia, con la actividad asistencial no Covid-19, con circuitos diferenciados en todos los centros y continuar gestionando las listas de espera con especial atención a los procesos crónicos y cancerígenos que no admiten esperas, en un momento crítico en el que hay que continuar dando oportunidades de estabilización a los trabajadores y atender las necesidades de los pacientes”.