¿Qué podemos aprender de la gestión de la pandemia?
Yo destacaría dos cuestiones. Por un lado, se ha demostrado la enorme capacidad de reacción de los profesionales que han sido capaces de adaptar su entorno y así mismos para responder a la situación. Pero, por otra parte, también hemos comprobado que a las organizaciones les falta músculo y entrenamiento para ser capaces de mantener de forma sostenida semejante esfuerzo.
¿Cómo deben reenfocar los Directivos de la Salud su labor en la gestión sanitaria desde ahora?
Hay que poner atención a los procesos de cada organización, a las personas que los llevan a cabo, para entenderlos y adaptarlos a la nueva situación de modo que no dependan de personas concretas y se desacoplen, en la medida de lo posible, de las herramientas de soporte.
También habría que buscar el poder realizar las actividades con independencia de la ubicación de las personas, en aquellos casos en que esto sea factible, evitando situaciones como las de tener que acudir al Centro de Salud a realizar tareas que no necesitan de la presencia del paciente solo porque la solución de teletrabajo no ha incluido alguna aplicación concreta.
¿Qué medidas cree que se deben adoptar a medio-largo plazo para conseguir un sistema sanitario sólido, foco de calidad y eficiencia?
Apostar por desarrollar Sistemas de Información que de verdad supongan la tan ansiada Transformación Digital, poniendo el foco en las personas y los procesos, optimizando sus interacciones, para después apoyarlo con soluciones tecnológicas adaptadas a ellos a la vez que flexibles e independientes del emplazamiento físico. Todo ello en un marco de Calidad Total, dónde las metodologías y buenas prácticas sean el entorno natural en el que poder tomar decisiones apoyadas en datos objetivos.