¿Qué podemos aprender de la gestión de la pandemia?
Creo que podemos aprender mucho sobre la importancia de la anticipación y la proactividad. Es necesario mejorar la capacidad de evaluar riesgos y trabajar en posibles soluciones antes de que se desencadenen escenarios que no nos permitan mantener el control.
Por otra parte, podemos aprender que los problemas globales requieren respuestas globales. Es necesario avanzar en la coordinación, homogeneización, estandarización e intercambio de información de calidad a través de unas fronteras que son inexistentes para la enfermedad.
Y también podemos aprender que los sistemas de salud necesitan ganar en flexibilidad, escalabilidad y visión de la salud comunitaria. Es importante desarrollar conocimiento y herramientas en el ámbito epidemiológico y de salud pública para adaptarnos a los retos que nos plantea el mundo en el siglo XXI.
¿Cómo deben reenfocar los Directivos de la Salud su labor en la gestión sanitaria desde ahora?
Mi opinión es que deben añadir una mayor preocupación por la proactividad, por anticiparse a lo que puede suceder en lugar de esperar de forma reactiva a que se produzca gestionando los recursos disponibles. La salud de las personas se juega en una gran medida fuera de los centros sanitarios y que es necesario trabajar ahí para poder anticiparse.
Asimismo, es necesario incluir una visión que permita una gestión flexible de los recursos, tanto humanos como materiales. Creo que, en este punto, el uso racional de lo tecnología tiene un papel fundamental.
¿Qué medidas cree que se deben adoptar a medio-largo plazo para conseguir un sistema sanitario sólido, foco de calidad y eficiencia?
Lo más importante es avanzar en la gestión del talento. El sistema sanitario depende fundamentalmente de las personas y, en este sentido, es necesario contar con equipos profesionales capacitados, pero también motivados. Es necesario acabar con la precariedad y asegurar la formación necesaria para poder componer los equipos profesionales multidisciplinares que demanda la sanidad del futuro.
Es necesario potenciar el liderazgo del MS a través del CISNS. Un liderazgo efectivo y basado en la confianza y en la apuesta por la implantación de políticas de coordinación que cuenten con el aval de la mejor evidencia científica.
La continuidad asistencial sociosanitaria debe ser una realidad y esto requiere el necesario liderazgo de la Atención Primaria en la aproximación holística a la salud comunitaria.
La tecnología digital es una pieza clave para asegurar un sistema sanitario flexible, escalable y eficiente, que permita generar evidencia y mejorar la asistencia a partir de datos de calidad.
Todo lo anterior sólo puede abordarse en el marco de un escenario de financiación adecuado y coherente con los países de nuestro entorno.