Algunas reflexiones constructivas:
– Se ha dotado a las organizaciones de cierta autonomía aportando flexibilidad burocrática y un acertado poder de anticipación ante el peor de los escenarios: una demanda desmesurada. Podría ser una herramienta útil en la fase de ‘despegue’ de la ‘nueva-normalidad’?
– El uso de la telemedicina ha sido evidente durante las últimas semanas, pero ¿es factible aplicarla en todas las especialidades? Aunque ya nadie duda que será un elemento más en la medicina post-covid, deberá realizarse una evaluación de los resultados conseguidos con el fin de garantizar su efectividad en el futuro.
– Los profesionales hemos salido de nuestra zona de confort, estamos trabajado en equipo y nos hemos vuelto más ágiles aunque implique un evidente desgaste físico y emocional.
– Para empezar a reconstruir y reforzar la sanidad pública ésta debe dotarse de forma adecuada y homogénea.
– Los especialistas en ORL nos hemos visto afectados de forma sustancial por el SARS-CoV-2 debido a procedimientos e intervenciones quirúrgicas que favorecen una evidente exposición con probabilidad de alta carga viral. En muy poco tiempo hemos interiorizado prácticas de seguridad que seguro vamos a continuar aplicando en un futuro.
– Deberá invertirse el tiempo que sea preciso en la gestión de la actividad pospuesta y los recursos humanos necesarios cuando la pandemia empiece a dar un respiro.
– Nos encontramos en un momento trascendental para la gestión sanitaria y ante una innegable oportunidad para la redefinición de sistema sanitario.