Desde mi punto de vista, el papel que están jugando los profesionales sanitarios está siendo excepcional, desde el personal auxiliar hasta la gestión. Una vez pasado el estado de shock en el que se sumió el Sistema Sanitario por la pandemia, creo que se ha reaccionado de forma muy rápida, se han rediseñado los circuitos, se ha modificado la forma de hacer medicina y se han maximizado los recursos existentes. La respuesta ha sido ejemplar, dado que el sistema no estaba preparado a hacer frente a una crisis como la que estamos haciendo.
Es fundamental empezar a rediseñar la reconstrucción de nuestro Sistema Sanitario, ya que el foco sobre el COVID-19 está dejando al lado el resto de patologías y de necesidades asistenciales que se deberán retomar una vez se superen los momentos más álgidos de la pandemia. Creo que se debe realizar una gestión que maximice los recursos a nivel nacional y que puedan reasignarse de forma eficiente los recursos existentes. Por otro lado, creo que es necesario una gestión muy delicada de los recursos humanos, en el que se compatibilice el reconocimiento social con el reconocimiento profesional. Del mismo modo, es necesario diferenciar los circuitos de los pacientes de COVID-19 del resto cuando la pandemia dé el suficiente respiro. Igualmente, considero que se debe seguir potenciando la compra directa de material sanitario y establecer nuevas formas de aprovisionamiento.
La principal enseñanza es el del valor de la prevención y el de la gestión de riesgos. En este sentido, parece esencial dotar de forma adecuada a los servicios de salud pública, establecer y tener planes de contingencia y reservas estratégicas de material sensible. Es necesario un incremento del presupuesto dedicado a sanidad y especialmente a prevención. Del mismo modo, hemos aprendido que la información debe circular de otra forma entre las diferentes comunidades autónomas y que debemos de integrar de forma decidida la digitalización, la telemedicina, el uso del Big Data y las nuevas tecnologías para poder gestionar de forma diferente la asistencia sanitaria.
Otro elemento esencial es rediseñar la colaboración público-privada, ya que ante un escenario como el que estamos viviendo la respuesta ha de ser coordinada en todo el Sistema Sanitario. Y otro aspecto esencial es también el de la humanización; en esta crisis se ha puesto de manifiesto la necesidad de contar con una asistencia sanitaria que integre la humanización como elemento clave. Por último, deberíamos replantear el Ministerio de Sanidad, dotarle de la estructura y de los profesionales necesarios para poder liderar y coordinar este tipo de situaciones.