Durante esta crisis, se ha puesto de relevancia la gran labor de nuestros sanitarios, pero también las debilidades de nuestro sistema sanitario, que no estaba preparado para afrontar una pandemia de esta envergadura.
Lo se debe hacer ahora es tomar medidas para una mejor gestión y coordinación. Esta crisis va a durar tiempo y debemos afrontarla de una manera más estratégica con una planificación centrada en la persona. Para que sea así, los poderes públicos deben escuchar a todas las partes de la población civil implicadas, desde los profesionales sanitarios y sociales a los agentes sociales, dentro de los que se enmarca a las organizaciones de pacientes. Juntos debemos tomar medidas para adelantarnos a situaciones que se puedan dar en el futuro.
Por nuestra parte, desde la Plataforma de Organizaciones de Pacientes, hemos intentando que se adopten protocolos para proteger a los pacientes crónicos, más vulnerables en este momento. Hemos querido adelantarnos a las circunstancias futuras, pero no nos hemos sentido escuchados por los poderes públicos.
Nos preocupa, tal y como ya advierte la OMS a nivel internacional, que el sistema de salud de nuestro país, al no estar preparado para atender al gran número de pacientes con Covid-19, descuide a otros pacientes y, como consecuencia, se vea desbordada la mortalidad en enfermedades prevenibles por vacunación u otras patologías tratables. De hecho, la OMS, ha alertado de que la falta de atención sanitaria básica puede provocar muchas más muertes que el propio coronavirus. En este sentido, desde la POP nos preocupa que no se esté proporcionando a los pacientes crónicos la atención sanitaria necesaria, que la sanidad, al verse desbordada, no cuente con los medios necesarios para tratar a estos pacientes y, por otro lado, que el miedo de los pacientes a acudir a los hospitales haga que se agraven sus problemas de salud.
La crisis que estamos viviendo nos ha servido para poner de relevancia las necesidades de nuestro sistema sanitario, un sistema en el que todos tenemos un papel importante, desde el Ministerio de Salud a las comunidades autónomas, desde los profesionales sanitarios y sociales a los agentes sociales y, por supuesto, los pacientes y sus entidades.
Por ello, debemos poner en valor la importancia de contar con modelos sanitarios coordinados y participativos centrados en las necesidades de los pacientes. Es importante que sigamos demandando un sistema preventivo, flexible y adaptable que necesariamente debe estar conectado y retroalimentarse de buenas prácticas, con un enfoque humanista para conseguir ser más eficiente y efectivo.
El coronavirus también ha puesto de manifiesto la importancia de la innovación en nuevas terapias, la necesidad de potenciar y sumar la investigación pública y privada. Necesitamos que el trabajo de los investigadores, que luchan de manera incansable en estos días, se ponga en valor y cuente con la medios y financiación necesaria.
No podemos olvidar que la innovación y desarrollo tecnológico son facilitadores y, en este momento, son muchas las oportunidades que se presentan para conectarnos, como la activación de la telemedicina: debemos estrechar la relación de pacientes con sus profesionales, que se puedan poner en contacto con ellos por teléfono o enviarles un correo y que perciban el calor, el cuidado y entrega de nuestros sanitarios.
Es fundamental que esta ventana tecnológica, adaptada a las necesidades de los ciudadanos, no se cierre y se potencie. Necesitamos sistemas integrados de información sanitaria y social que nos ayuden a todos a la toma de decisiones, que obtengamos mejores resultados y potenciemos nuevas herramientas centradas en la mejora del servicio al ciudadano.