La estratificación de los pacientes y la medición de resultados en salud, claves en la gestión de la innovación en enfermedades inflamatorias inmunomediadas

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Las enfermedades inflamatorias inmunomediadas (artritis reumatoide, artritis psoriásica, enfermedad de Crohn, colitis ulcerosa, psoriasis, lupus, uveítis, dermatitis atópica, etcétera) son un grupo de enfermedades que comparten una inflamación crónica sistémica, causada por una alteración del sistema inmune que puede afectar a distintos órganos. En nuestro país afectan a más de 2,5 millones de personas (el 6,39% de la población aproximadamente[1]) y generan un alto impacto en su calidad de vida. Durante los últimos años, el desarrollo de nuevas terapias, que aumentan las posibilidades de abordaje de la patología, ha supuesto un avance muy importante en la calidad de vida de los afectados y en la atención sanitaria que reciben.

 

“Ante esta situación, es fundamental analizar los retos que la innovación en este tipo de enfermedades conlleva en gestión para seguir avanzando en aportar la mayor calidad asistencial a los pacientes en el marco de un sistema sanitario sostenible”, afirma Francisco Dolz, Director Gerente del Departamento de Salud València Peset, presidente de la Agrupación Territorial de SEDISA en Levante. “El avance que supone la innovación terapéutica, la necesidad de gestionar de forma eficiente y con calidad los recursos y el compromiso con aportar lo mejor a los pacientes, sin perjudicar la sostenibilidad del sistema, hace más necesario que nunca la colaboración y trabajo coordinado entre directivos de la salud, especialistas y farmacéuticos de hospital, incluyendo además la perspectiva de los pacientes”.

 

Éste es el enfoque del Foro GESTIÓN DE LA INNOVACIÓN EN ENFERMEDADES INMUNOMEDIADAS, organizado por la Sociedad Española de Directivos de la Salud (SEDISA) y Pfizer en el Hospital Universitario Dr. Peset de Valencia, en el que han dado cita directivos de la salud, clínicos, representantes de las asociaciones de pacientes y farmacéuticos de hospitales de la Comunidad Valenciana.

 

Los avances en el tratamiento de estas patologías son fundamentales para cubrir importantes necesidades no cubiertas en pacientes con enfermedad inflamatoria. Pero estos avances suponen también retos asistenciales. Según Joaquín Borrás, del Servicio de Farmacia Hospitalaria del Hospital de Sagunto (Valencia) y coordinador del Grupo de Trabajo de Enfermedades Inflamatorias Inmunomediadas de la Sociedad Española de Farmacia Hospitalaria (SEFH), “en el marco de la mejora asistencial de los pacientes con enfermedades inflamatorias inmunomediadas, el farmacéutico de hospital debe ser un agente sanitario relevante en su abordaje, integrándose en equipos multidisciplinares que valoren sus necesidades específicas para impulsar intervenciones que contribuyan a mejorar la farmacoterapia y el uso de medicamentos en estos pacientes”.

 

En este marco, el Grupo de Trabajo de Enfermedades Inflamatorias Inmunomediadas de la SEFH publicó en 2018 el Modelo de estratificación y atención farmacéutica para pacientes con Enfermedades Inmunomediadas, “cuya utilización facilita la optimización de los recursos y el desarrollo de las estrategias de intervención más adecuadas para cada uno de los niveles establecidos”, explica Joaquín Borrás.

 

En el conjunto de Enfermedades Inmunomediadas, esto es algo fundamental, teniendo en cuenta que son muy amplias y con manifestaciones clínicas muy diversas, pero de forma general son enfermedades crónicas con una gravedad moderada o alta que tienen un alto impacto tanto para el sistema como en la calidad de vida de los pacientes. En palabras de Joaquín Borras, “cerca del 10%1 de los pacientes con Enfermedad Inmunomediada tiene más de una patología de este tipo diagnosticada y, además, se trata de pacientes con un riesgo mayor de desarrollar otras comorbilidades de tipo cardiovascular, metabólico o psiquiátrico”. Asimismo, este experto afirma que “los tratamientos biológicos ya conocidos, así como las nuevas moléculas orales han supuesto un cambio de paradigma en la perspectiva y la estrategia terapéutica de estos pacientes, mejorando de forma significativa sus expectativas para el futuro y su manejo y su calidad de vida. En dicho manejo, el rol del farmacéutico de hospital es clave, a través de una atención farmacéutica de calidad para conseguir el máximo beneficio clínico y contribuir a mejorar los resultados en salud de una manera eficiente”.

 

Resultados en salud y enfermedades inmunomediadas

Durante el Foro, se ha analizado la aportación de la medición de los Resultados en Salud en la gestión de la innovación en enfermedades inmunomediadas, “una herramienta útil pero también un elemento básico de gestión clínica de la asistencia sanitaria”, explica Carolina Varela, Facultativo Especialista de Área de la Unidad de Calidad del Hospital Universitario 12 de Octubre de Madrid. “Teniendo en cuenta los años que lleva desarrollándose esta rama de la Salud Pública y la Epidemiología (desde los años sesenta del siglo XX), lo que es en sí una innovación es la medición sistemática de resultados en salud adaptados a los procesos asistenciales y condiciones clínicas y centrados en lo que interesa a los pacientes, siendo una herramienta de gestión de la innovación porque permite una estimación adecuada de costes e impactos”.

 

En el caso de las enfermedades inmunomediadas, esta experta hace hincapié en que la importancia potencial de este acercamiento es doble, “ya que son enfermedades con un impacto negativo muy importante en la calidad de vida de los pacientes. De hecho, en ellas se mide de forma más sistemática que en otras la calidad de vida de los pacientes, puesto que orienta directamente sobre la evolución de la enfermedad y el pronóstico a corto y medio plazo de la misma, permiten ajustar tratamientos y aumentar la adherencia, pero además permite la sistematización, normalización y globalización de estas medidas que permitirán la comparación con los mejores y compartir y adaptar las mejores prácticas”. Junto a esto, la utilización de los resultados en salud en este tipo de enfermedades es fundamental dado el coste que suponen éstas al sistema de salud. Así, en palabras de Carolina Varela, “medir resultados en salud permite analizar los procesos y optimizarlos, eliminar ineficiencias, que pueden llegar a un 30%2, permitir una gestión adecuada y ahorrar costes que pueden reinvertirse en intervenciones que aporten valor”.

 

Respecto a las barreras para la implementación de la medición de los resultados en salud, Carolina Varela destaca la falta de coordinación entre equipos y niveles asistenciales y visión de equipo y la visión a largo plazo del sistema sanitario. “Junto a la falta de visión de equipo, es destacable como barrera la falta de herramientas de motivación de profesionales frente al desgaste, así como de liderazgo y apoyo desde arriba, que debe ir acompañado del liderazgo intermedio o natural de los clínicos”.

[1] LA PREVALENCIA DE  DIEZ  ENFERMEDADES INFLAMATORIAS INMUNOMEDIADAS (IMID) EN ESPAÑA. Rev Esp Salud Pública. 2019; Vol. 93; 20 de marzo e1-e19.