Madrid, 19 de diciembre de 2017.- “Sanidad en el debate político sí, pero para llegar a acuerdos”. Así de rotundo es el exconsejero de Sanidad de la Comunidad de Madrid Javier Fernández-Lasquetty sobre la discusión en torno a Sanidad en el ámbito político, “algo que en España no suele ocurrir, debido principalmente a la patrimonialización política de la Sanidad y que, sin embargo, no es imposible”. Es el caso de Holanda, que realizó una reforma de salud hace una década con un acuerdo político unánime, o el de Suecia, país en el que sin que hubiera un acuerdo explícito los sucesivos gobiernos han seguido con las reformas de hace 15 años. Sin embargo, para Fernández -Lasquetty, son necesarias reformas importantes en Sanidad con consenso político. “Para ello, se requiere políticos que las impulsen y directivos que las lideren”, explica.
Lasquetty ha participado en el cuarto seminario presencial del Máster Universitario en Gestión y Planificación Sanitaria organizado por la Fundación de la Sociedad Española de Directivos de la Salud, en colaboración con la Universidad Europea, que se ha celebrado este fin de semana bajo el título “Dirección de instituciones sanitarias”. Lasquetty ha explicado el papel del político en Sanidad, en concreto, del consejero de Sanidad de una comunidad autónoma. Parafraseando a Max Weber, el exconsejero de Sanidad de Madrid ha indicado las tres cualidades que todo político debe tener: pasión, sentido de la responsabilidad y mesura.
Licenciado en Derecho y en Ciencias políticas, Fernández-Lasquetty fue Consejero de Sanidad de la Comunidad de Madrid de 2010 a 2014 donde anteriormente fue Consejero de Inmigración. Dentro de su actividad política destaca su participación como Diputado en el Congreso, Subdirector del Gabinete del Presidente del Gobierno de José María Aznar de 2002 a 2004, donde había sido miembro del mismo Gabinete de 2000 a 2002. También fue Director del Gabinete de Esperanza Aguirre mientras fue Presidenta del Senado, Ministra de Educación y Cultura y Teniente de Alcalde de Madrid de 1994 a 2000. En la actualidad, desarrolla su actividad profesional como Vicerrector de la Universidad Francisco Marroquín (Guatemala) desde enero de 2015 y como Director del Instituto de Estudios Políticos y Relaciones Internacionales (EPRI).
Durante el seminario y desde su dilatada experiencia en el ámbito de la política sanitaria, Fernández- Lasquetty ha expuesto cómo es el mapa de relaciones de un político en el ámbito sanitario. Así, el papel del consejero en Sanidad y de la propia Sanidad en el Gobierno Autonómico depende mucho de este mapa de relaciones y de cómo todos los agentes interaccionan, tanto interna como externamente. “El primer rasgo a tener en cuenta”, -señala el ex consejero-, “es que todo el mundo espera mucho de la figura del consejero de sanidad: los ciudadanos, los medios de comunicación, la industria, el Ministerio, el parlamento, los ayuntamientos, el partido político, la Consejería de Hacienda, el Gobierno y el propio presidente de la comunidad autónoma”. Y continúa: “El presidente tiene dificultad para entender la sanidad y existe mucha variabilidad en cuanto al interés en esta materia. En cualquier caso, todos los gobiernos autonómicos son conscientes de que Sanidad es un tema importante e inflamable, que provoca grandes controversias”.
Según fuentes gubernamentales autonómicas, el proyecto de presupuestos del año 2018 coloca a la sanidad a la cabeza de los intereses políticos, suponiendo en Galicia el 42% del presupuesto total autonómico, en Madrid el 41%, en la Comunidad Valenciana el 32%, en Cataluña el 31% (proyecto de presupuestos de 2017) y en Andalucía el 28%. No obstante, Fernández-Lasquetty hace referencia a que la sanidad es la “gran incomprendida” de los gobiernos por algunas características peculiares que contiene dado que “es la única cartera que cuando termina su presupuesto, continúa gastando y que nunca puede dejar de prestar servicio incluso en lo que no es cartera de servicios obligatoria”. En esta línea, las relaciones con Hacienda son de suma importancia, de forma que para que no se produzcan consecuencias demoledoras en el gasto, Fernández-Lasquetty apuesta por “una relación fluida, leal y transparente con Hacienda, en la cual se informe de la situación concreta y, de ese modo, que los posibles problemas puedan ser compartidos”.
Relaciones locales, parlamentarias, ministeriales y con los directivos de la salud
Respecto a la relación con los ayuntamientos es compleja, puesto que los intereses políticos de cada alcaldía hacen que se produzca una presión continua en cuanto al ámbito de las infraestructuras y, como consecuencia de la descentralización, que los municipios quieran optar a contar con los mejores servicios asistenciales, centros de salud, etcétera, para su población. Por otra parte, en el ámbito parlamentario, la Sanidad no permite ni muchos matices ni detalles técnicos. Fernández-Lasquetty señala que “el consejero de Sanidad en el Parlamento se enfrenta a preguntas e interpelaciones que debe contestar con información sólida y agilidad, en un ámbito en el que se hace complicado llegar a acuerdos y consenso”.