Madrid, 14 de marzo de 2017.- Se estima que en Europa se realizan 188.000 diagnósticos al año de cánceres hematológicos (36 casos x 100.000 habitantes) y que 115.000 europeos mueren por neoplasias hematológicas cada año. Los importantes avances en el manejo de las neoplasias hematológicas en los últimos años han repercutido en un incremento de la supervivencia de los pacientes oncohematológicos, si bien existen diversos retos asistenciales que conllevan que hematólogos, farmacéuticos de hospital y directivos de la salud trabajen en la misma dirección y con el paciente como objetivo final.
Éste ha sido el fin principal del Networking SEDISA sobre Retos Asistenciales en las enfermedades oncohematológicas poco frecuentes que, con la colaboración de Takeda, se ha celebrado en Madrid, con la participación de expertos de los tres ámbitos: hematólogos, farmacéuticos de hospital y directivos de la salud. En palabras del Dr. Carlos Mur, miembro de la Junta Directiva de la Sociedad Española de Directivos de la Salud (SEDISA), “en concreto, se ha tratado de analizar la situación de este tipo de enfermedades en nuestro país y definir las prioridades en la gestión de estas patologías”. Así, a partir del contenido de la reunión SEDISA publicará un documento resumen que será consensuado con los participantes y difundido como hoja de ruta sobre la que guiar la gestión sanitaria en este ámbito, muy complicado al tratarse de enfermedades complejas, con innovaciones terapéuticas muy relevantes en la actualidad y otras que llegarán en los próximos años.
La identificación de dianas terapéuticas, los biomarcadores de respuesta y la identificación de mutaciones asociadas a la resistencia a fármacos y la información pronóstica son, entre otros, los principales avances conseguidos en las enfermedades oncohematológicas, según el Dr. Adrián Alegre, presidente de la Asociación Madrileña de Hematología y jefe del Servicio de Hematología del Hospital Universitario La Princesa de Madrid. “No obstante, las neoplasias hematológicas son patologías que, frente a los tumores sólidos, tienen un perfil mutacional bajo, y una evolución clonal heterogénea, lo que dificulta el desarrollo de terapias dirigidas y hace necesarios tratamientos combinados que incluyan agentes con diferente mecanismo de acción”. Éste es, en palabras de este experto, “uno de los motivos, junto al índice de mortalidad que aún conllevan (250.000 muertes por Leucemia Mieloide Aguda en el mundo cada año y menos del 30% de los pacientes con esta enfermedad alcanza un control duradero), de que se deba continuar con el esfuerzo investigador para el desarrollo de nuevas terapias que aporten más años de vida y más calidad de vida a los pacientes”.
Pero, precisamente, el éxito de los tratamientos actuales y de los que se espera lleguen en los próximos años, plantea otra dificultad. En palabras del Dr. Alberto Morell, jefe el Servicio de Farmacia Hospitalaria del Hospital Universitario La Princesa de Madrid, “es muy difícil poder conocer el coste real de los pacientes curados, dado que la cronificación conlleva que esos pacientes sigan siendo tratados. Esto, junto al aumento del numero de las terapias que llegarán los próximos años, nos obliga a plantearnos que el sistema de precios y presupuesto actual tiene que modificarse para hacer la situación viable desde el punto de vista económico”. De hecho, este experto destaca que uno de los grandes errores en la estimación del coste que supone un fármaco “es, precisamente, contar solo con el precio que pone en la caja del medicamento, sin contabilizar otros parámetros, como la prevención de recaídas, el tratamiento posteriores, etcétera”. En definitiva, valorar el medicamento teniendo cuenta el coste global del proceso.
Financiación y gestión sanitaria
Para hacer frente al envejecimiento de la población, la autorización prevista de nuevas moléculas diana en los próximos años y la necesidad de los tratamientos de seguimiento, entre otros retos, se estima que el gasto sanitario en nuestro país, estimado en el 9% del PIB, debería aumentar un 50%. “Algo que es imposible en la actualidad”, hace hincapié el Dr. Mur, quien explica que “los principales objetivos de los directivos de la salud en esta área y ante esta situación son definir los principales problemas asistenciales que afectan a las enfermedades poco frecuentes desde el punto de vista de los profesionales, contar con registros y sistemas de información que permitan definir el problema de la cuantificación y monitorización clínica y epidemiológica, analizar las líneas maestras que debería tener un plan integral sobre estas patologías que integre los aspectos asistenciales, escolares, laborales y socioeconómicos, recoger las opiniones sobre el tema desde el punto de vista de los afectados, analizar y comparar los resultados de las estrategias en otros países, chequear el estado de la investigación biomédica y tener en cuenta la opinión y necesidades de las compañías farmacéuticas sobre el desarrollo de fármacos y financiación de éstos”.
En relación a los modelos de compra innovadora, los expertos los valoran como indispensables, si bien existen importantes y necesarios puntos de mejora para conseguir que dichos modelos sean eficientes de verdad. “Los sistemas de información deben estar basados en procesos y en resultados, la colaboración debe ser transparente, hay que trabajar de forma coordinada y los acuerdos deberían llevarse a cabo de forma centralizada, en el ámbito nacional, y no de forma autonómica o por cada centro”, señala el Dr. Morell.