- SEDISA trabaja para establecer la hoja de ruta a través de la que se superen los retos claves de la implementación de innovación de forma eficaz y eficiente, la medición de la aportación de valor de ésta y la sostenibilidad.
- En el caso de los dispositivos implantables disruptivos, la innovación aborda una necesidad médica no cubierta, proporciona un tratamiento o diagnóstico más eficaz de enfermedades / afecciones humanas potencialmente mortales, irreversiblemente debilitantes o de alta prevalencia, es el primero en su clase, y no existen alternativas de tratamiento o diagnóstico aprobadas u ofrece ventajas significativas sobre las alternativas aprobadas existentes y supone una solución a un importante desafío de salud pública y alivia significativamente la carga para los sistemas de salud.
- Teniendo en cuenta que el 12% del Producto Interior Bruto (PIB) español corresponde a compra pública, la Compra Pública Basada en Valor es clave para la eficiencia en la implementación de la innovación y el acceso a ésta.
- Un Servicio de Cardiología innovador como motor de sostenibilidad en una Organización Sanitaria conlleva la implementación de la gestión clínica, involucrando a los profesionales, como clave en el crecimiento y sostenibilidad del Sistema Sanitario. Sus aportaciones de valor son eficiencia y calidad, involucrando a profesionales, pacientes y gestores para avanzar en el cuidado de la salud.
Madrid.- La implementación de la innovación de forma eficaz y eficiente, la medición de la aportación de valor de ésta y la sostenibilidad son retos claves en el presente y futuro del Sistema Sanitario. Analizar retos y proponer soluciones para que la relación entre Innovación, Sostenibilidad y Valor responda a las necesidades de la Salud y el Sistema Sanitario, ha sido el objetivo del Encuentro SEDISA para el análisis que, bajo el título Innovación, Sostenibilidad y Valor ha organizado el Observatorio de la Sociedad Española de Directivos de la Salud de la Gestión Basada en Valor, con la colaboración de Edwards Lifesciences. Durante la reunión, en la que ha participado un grupo multidisciplinar de expertos -Directivos de la Salud, profesionales sanitarios y pacientes- se han propuesto medidas para la elaboración de una hoja de ruta a través de la que se superen los retos claves de la implementación de innovación de forma eficaz y eficiente, la medición de la aportación de valor de ésta y la sostenibilidad.
“Hoy, los grandes retos sanitarios no se resuelven únicamente con avances tecnológicos o nuevos tratamientos; requieren enfoques integrales que equilibren el progreso científico con la eficiencia en el uso de recursos y la equidad en el acceso”, explica Eloína Núñez Masid, Coordinadora del Observatorio SEDISA de la Gestión Basada en Valor. “La innovación impulsa nuevas soluciones médicas; el valor garantiza que estas soluciones generen beneficios reales para los pacientes y el sistema y la sostenibilidad asegura que estos avances puedan mantenerse a largo plazo en contextos económicos, sociales y ambientales cambiantes. Este trinomio no es solo un marco conceptual: es una hoja de ruta imprescindible para transformar la atención sanitaria con impacto real”. En el caso de los dispositivos implantables disruptivos, la innovación aborda una necesidad médica no cubierta en la que no existen tratamientos alternativos o son limitados en términos de eficacia y seguridad. “Proporciona un tratamiento o diagnóstico más eficaz de enfermedades / afecciones humanas potencialmente mortales, irreversiblemente debilitantes o de alta prevalencia, es el primero en su clase, y no existen alternativas de tratamiento o diagnóstico aprobadas u ofrece ventajas significativas sobre las alternativas aprobadas existentes y supone una solución a un importante desafío de salud pública y alivia significativamente la carga para los sistemas de salud”, añade Eloína Núñez. Y es que las enfermedades cardiovasculares son la primera causa de mortalidad en la Unión Europea, con una disparidad de género muy significativa en la vía de atención médica.
El Proyecto Innovación, Sostenibilidad y Valor cuenta con un Comité Asesor formado por, además de Eloína Núñez, José Zamorano, Jefe del Servicio de Cardiología del Hospital Universitario Ramón y Cajal, Laura Sampietro Colom, Adjunta Innovación, Jefa Unidad Evaluación Innovación y Nuevas Tecnologías del Hospital Clínic de Barcelona, Ana del Prado, Directora de Compras de la Agencia de Contratación Sanitaria del Servicio Madrileño de Salud (SERMAS), Rafael Lopez Iglesias, Miembro de la Junta Directiva de SEDISA, y Conrado Domínguez, Coordinador del Grupo de Innovación Sociosanitaria de la Sociedad.
Junto a las Autoridades Sanitarias, Directivos de la Salud, profesionales sanitarios y pacientes, las compañías del sector son un actor clave en a búsqueda de soluciones a los retos. “En Edwards Lifesciences, estamos comprometidos con la innovación, invirtiendo aproximadamente el 19% de nuestros ingresos en el desarrollo de dispositivos implantables disruptivos. Estas innovaciones proporcionan una solución a los principales desafíos de salud pública y alivian significativamente la carga de los sistemas de salud al contribuir a liberar camas de hospital, aumentar la capacidad y optimizar los recursos hospitalarios, permitiendo así tratar a más pacientes que lo necesitan”, afirma Ramón García Furquet, Country Managing Director de Edwards Lifesciences.
En el ámbito de la Cardiología, ¿qué supone un Servicio de Cardiología innovador como motor de sostenibilidad en una Organización Sanitaria. Para José Zamorano, “es fundamental la gestión clínica, involucrando a los profesionales, como clave en el crecimiento y sostenibilidad del Sistema Sanitario. Sus aportaciones de valor son eficiencia y calidad, involucrando a profesionales, pacientes y gestores para avanzar en el cuidado de la salud, siendo medir necesario para mejorar y crecer”.
Una parte relevante de la innovación es, sin duda, aquella dirigida a potenciar las competencias y talento de los profesionales aportando, al mismo tiempo, más valor al proceso asistencial. Entre los retos a nivel macro para su implementación, Laura Sampietro Colom destaca, entre otros, “políticas sanitarias enfocadas a la atención basada no sólo en el paciente si no también en el profesional sanitario, el hecho de que los organismos dedicados a evaluar y recomendar el pago de innovaciones a autoridades sanitarias (Agencias de Evaluación de Tecnología Sanitaria) no consideran como “hard outcomes” de efectividad indicadores/medidas que reflejen cómo la innovación ayuda al profesional a potenciar sus competencias de manera que realice su trabajo de forma más efectiva y eficiente y en calidad y, los modelos de financiación existentes no están adaptados a las innovaciones disruptivas incluyendo aquellas que ayudan a potenciar las competencias/talentos de los profesionales”. Por otra parte, en el ámbito meso, las unidades de compra se focalizan en el valor en resultados clínicos y precios de las innovaciones sin considerar otras variables de la innovación que faciliten el trabajo y potencien las competencias del profesional. Por último, en el ámbito micro, en palabras de Laura Sampietro Colom, “existe escepticismo sobre el “valor” real de algunas innovaciones para el profesional (por falta de evidencia científica), falta de guías claras en cómo adoptar estas innovaciones, escepticismo a poder dedicar el tiempo liberado con las innovaciones a otras tareas que añadan valor/calidad a la atención y falta de incentivos para ahorrar en costes y liberar capacidades”.
En relación a las recomendaciones, entre otras, Laura Sampietro Colom incide en la necesidad de pasar de la atención basada en el paciente a la atención basada en el paciente y el profesional, así como en “incentivar la priorización de la financiación de innovaciones de demostrado valor clínico que a la vez ayuden a potenciar las competencias y talentos profesionales”.
La aportación de la Compra Basada en Valor
Para la incorporación de la innovación, la eficiencia y la aportación de valor, la Compra Basada en Valor es una herramienta que se ha visto muy relevante en los últimos años. En este marco. Ana del Prado la define como “un modelo que transforma el enfoque de los Sistemas Sanitario, pasando de uno basado en el volumen de servicios a uno centrado en maximizar el valor entregado a los pacientes, evaluando la relación entre los resultados obtenidos y los costes involucrados”. Su implementación necesita, según Ana del Prado, una actitud valiente: “Se requiere detectar una necesidad asistencial en primer lugar, después llevar a cabo un trabajo en equipo multidisciplinar y cambiar el enfoque de una forma innovadora. Por último. hay que obtener resultados y, para eso, se necesita tener datos antes y después de la implantación”.
Teniendo en cuenta que el 12% del Producto Interior Bruto (PIB) español corresponde a compra pública, ésta es clave para la eficiencia en la implementación de la innovación y el acceso a ésta. “Con la presión asistencial actual por diferentes motivos, el enfoque centrado en la experiencia del paciente tan necesario y el contexto actual, la innovación parece actualmente la única vía de conseguir una mejor eficiencia ya sea a corto, medio o largo plazo”. Hace hincapié Ana del Prado. “Por tanto, la Compra Basada en Valor es una alternativa que estamos obligados a impulsar y explorar para la sostenibilidad económica”.