El marco actual obliga a los directivos de la salud a liderar las organizaciones con humildad, cuidado, interdisciplinariedad, ductilidad y discernimiento

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  • Durante el Foro Virtual SEDISA sobre Ética y Gestión, organizado por el Comité de Liderazgo y Deontología se ha reflexionado sobre los dilemas éticos que los Directivos de la Salud tienen que afrontar en su día a día.
  • La buena gobernanza se puede conseguir a través de los cinco pilares, aplicándolos siempre acorde con la ética.
  • Pueden ver el Foro Virtual SEDISA sobre Ética y Gestión pinchando aquí.

Madrid, 10 de marzo de 2022.- El primer paso para la gobernanza o buen gobierno es la definición del marco en el que se ha de liderar. En este sentido, el marco actual se caracteriza por cinco vértices -incertidumbre, vulnerabilidad, interdependencia, volatibilidad y sobrexcitación informativa- que conllevan que los Directivos deban asumir en su liderazgo de las Organizaciones Sanitarias algunos valores fundamentales como humildad, cuidado, interdisciplinariedad, ductilidad y discernimiento. “Todos ellos ayudan a instaurar el liderazgo transformacional, que supone una ética y valores concretos y poner a la persona en el centro de las decisiones”, explica Candela Calle, miembro de la Junta Directiva de la Sociedad Española de Directivos de la Salud (SEDISA) y responsable del Comité de Liderazgo y Deontología de la Sociedad.

Así se ha puesto de manifiesto durante el Foro Virtual SEDISA sobre Ética y Gestión, organizado por dicho Comité con el objetivo de reflexionar y crear debate sobre los dilemas éticos con los que se encuentran los Directivos de la Salud de las Organizaciones Sanitarias en su labor profesional.

Para Francesc Torralba, filósofo, teólogo y catedrático en la Universitat Ramon Llull, que ha impartido la conferencia inaugural del Foro sobre ‘Ética y lecciones de la pandemia en gestión’, existen cinco vértices que determinan la gestión en unos tiempos cada vez más cambiantes. “La incertidumbre es ese estado en el que no podemos hacer predicciones, por lo que nos movemos en terrenos de desconocimiento”, explica Torralba. Esta incertidumbre es la que debe determinar el segundo aspecto que debe de caracterizar a aquella persona que se encuentre liderando: la humildad. Y es que, como explica el filósofo, “los buenos líderes son los que reconocen y toleran ese saber, pero que por otro lado son capaces de mantener cierta seguridad”. En los momentos en los que se experimentan cambios, no se puede dejar atrás a aquellas personas que son más vulnerables, por lo tanto, determina que “es esencial el cuidado y el liderazgo basado en el cuidado”. Francesc Torralba también explica que vivimos en un mundo que se encuentra conectado, por lo que la interdependencia no puede ser olvidada, ya que se convierte en más esencial en un mundo volátil. La ductilidad, tal y como relata, “determina cómo salir adelante ante la capacidad de cooperar con otros”. Por último, la sobreexposición informativa, en un mundo en el la información es constante, para distinguir entre aquellas informaciones que son veraces y las que no “es imprescindible el discernimiento”, apunta Torralba. En conclusión, “un buen liderazgo es el que se mueve en humildad, cuidado de personas, interdisciplinaridad, ductilidad, y sabe explicar los cambios que se producen, que no son fruto del azar”.

De la teoría a la acción: ¿dilemas éticos en la gestión sanitaria?

La pandemia de Covid-19 ha planteado problemas en la gestión que pasan por dilemas éticos. Los directivos se han visto obligados a tomar decisiones, de suma importancia, en poco tiempo. Ante esto, Joan Orrit Clotet, Director Gerente de Benito Menni Hermanas Hospitalarias afirma que “hay que evitar la discriminación por razón de edad o discapacidad física o mental”. En este sentido, explica que se vivieron momentos en los que los recursos eran escasos, por lo tanto, era necesario tomar decisiones muy rápidas en las que era muy compleja esa toma de decisiones. Resalta que, a pesar de la dificultad “es en los contextos de crisis son donde se aprecia y se ponen a prueba los valores de una institución y de sus profesionales”.

Por su parte, Soledad Gallardo, Directora Gerente del Hospital Comarcal de Inca, hace hincapié en esa idea de que los tiempos de crisis son aquellos que ponen en evidencia todas las decisiones tomadas en momentos de crisis, son “la prueba del algodón”, las que hacen determinar si la gestión está siendo buena o lo contrario. Ante esta situación, en la que la velocidad de los hechos, esa volatilidad que resaltaba Francesc Torralba, Soledad no quiere olvidarse de las personas protagonistas de la sanidad: los pacientes. “Al paciente le hemos vulnerado porque teníamos que hacerlo” dejando de manifiesto que la humanización, por la que se ha trabajado durante muchos años ha tenido que ser dejada de lado ya que “la persona se siente aislada, no tiene representatividad familiar”.

Durante los meses de pandemia, apunta Luis Mariano López, Director de Enfermería, Gerencia de Atención Primaria de Cantabria. Servicio Cántabro de Salud:Durante la pandemia se han vivido situaciones difíciles a la hora de gestionar la actividad laboral del personal enfrentándose a factores que ponían a prueba nuestros principios ético-morales, sobre nuestra manera de actuar y dirigir las organizaciones”. Este dilema es al que apuntan todos los ponentes y que tienen claro que tales decisiones, como apunta “estábamos en medio de una situación en la que, a veces, no hay respuestas correctas (aceptables o preferibles), lo único a lo que se podía aspirar era a encontrar la mejor de las opciones, pues la pandemia nos imponía el dilema ético moral en ese momento”, consiguiendo que las personas que estas decisiones sean más sencillas de tomar.

Tomar decisiones en situaciones tan complejas no es sencillo, tal y como apunta Soledad, día a día tienen que realizar actos que generan un dilema moral. Todos ellos son conscientes, tal y como apunta Soledad Gallardo que, aunque “muchas veces tendemos a pensar que las listas de espera son anónimas y no lo son”. Esto se tiene siempre presente en el que se toma una decisión y es el camino que se debe seguir para conseguir que los principios éticos permitan una gestión basada en la igualdad.