¿Qué podemos aprender de la gestión de la pandemia?
Creo que la pandemia ha supuesto un reto en muchos ámbitos sanitarios. Por un lado, ha demostrado que la idea de un sistema sanitario con las competencias en materia de salud transferidas a las CCAA puede ser un sistema eficiente y eficaz, pero siempre y cuando existan planes de contingencia para situaciones que excedan el ámbito sanitario puramente autonómico como ha sido este caso. Hay que mejorar la comunicación entre el Ministerio de Sanidad y las consejerías de Sanidad e incluso entre las diferentes Consejerías, para poder gestionar mejor los recursos disponibles.
¿Cómo deben reenfocar los Directivos de la Salud su labor en la gestión sanitaria desde ahora?
Creo que es crucial definir planes de previsión de situaciones como la que ha ocurrido, basándonos en la experiencia que esta situación nos debe aportar. Esto implica poner el foco nuevamente en la dotación de personal de los distintos hospitales. Teniendo plantillas suficientemente dotadas la gestión de cualquier crisis será más eficaz.
¿Qué medidas cree que se deben adoptar a medio-largo plazo para conseguir un sistema sanitario sólido, foco de calidad y eficiencia?
El Sistema Sanitario es un sistema deficitario. El cambio en la manera de hacer medicina de las últimas décadas requiere un profundo estudio y reflexión de en qué se gasta el dinero del contribuyente y si ese gasto es eficiente. Hemos de ser rigurosos y objetivos. Hace falta una gran inversión en docencia e investigación para saber qué intervenciones que se realizan son necesarias y cuales no y por tanto suponen un gasto innecesario al sistema. Es importante además la revisión de la solicitud de pruebas complementarias que se solicitan por falta de pericia o por temores legales. La contención del gasto no debe ser solo en personal, pues produce un deterioro de la calidad asistencial, sino sobre todo en pruebas innecesarias o repetitivas y en intervenciones que no están apoyadas en datos sólidamente establecidos sino en costumbres o visiones particulares de algunos profesionales o servicios clínicos. Los dos puntos fundamentales para conseguir ese sistema sanitario sólido, eficiente y de calidad que todos deseamos para nuestro país serían potenciar la investigación y la innovación y realizar estudios económicos a gran escala que avalen las medidas a adoptar con solidez.