D. Albert Cortés Borra. Director de HUGES – Humanizando la gestión sanitaria

Dña. Candela Calle Rodríguez. Directora General del Instituto Catalán de Oncología
23 julio, 2020
D. Ramón Cunillera Grañó. Director Gerente del Consorci Sanitari del Maresme – Hospital de Mataró. Miembro de la Junta Directiva de la Societat Catalana de Gestió Sanitaria
23 julio, 2020

¿Qué podemos aprender de la gestión de la pandemia?

La pandemia por el nuevo coronavirus ha hecho énfasis en el papel imprescindible de los profesionales en el sistema sanitario; sin duda alguna, la afirmación de que “los profesionales son el centro del sistema” se ha hecho más patente. Ya que han sido los profesionales sanitarios los verdaderos artífices de la lucha contra la Covid-19. La entrega, solidaridad y sacrificio de los mismos ha sido impresionante, y ello debe hacer que los gestores sean conscientes de ello, no se puede pasar de héroes a villanos en cuestión de semanas.

 

¿Cómo deben reenfocar los Directivos de la Salud su labor en la gestión sanitaria desde ahora?

La labor del Directivo de la Salud debe pasar por ejercer el verdadero liderazgo, un liderazgo donde se dé valor a los profesionales, donde se puedan disponer de planes de contingencia ante posibles nuevos rebrotes o ante nuevas situaciones similares. Los Directivos de la Salud son los responsables de que estos planes estén adecuados y permitan tiempos de reacción óptimos, para evitar las denominadas situaciones de caos. Ante la incertidumbre de lo desconocido es evidente que vamos a precisar de una planificación muy optimizada de recursos tanto materiales como humanos, para poder ofrecer una atención sanitaria de calidad en todas sus perspectivas.

¿Qué medidas cree que se deben adoptar a medio-largo plazo para conseguir un sistema sanitario sólido, foco de calidad y eficiencia?

Después de los graves meses a los que se ha visto sometido el sistema sanitario, ahora es cuando desde la gestión sanitaria se han de proponer acciones de mejora y prevención ante situaciones similares, desde un redimensionado adecuado de las plantillas de profesionales, con la finalidad de realizar un aplantillamiento acorde con las necesidades del sistema. Este aplantillamiento debería pasar ineludiblemente por la obertura de convocatorias de selección de manera inmediata para dotar al sistema sanitario de profesionales con vinculación fija al mismo, reduciendo la precariedad contractual, pudiendo de esta manera vehiculizar estrategias de pertenencia a las organizaciones que, sin duda, el tener plantillas estables va a verse favorecida.

Asimismo, potenciar el rol de los mandos intermedios en las organizaciones sanitarias, como verdadero nexo de unión entre la alta dirección y los profesionales. Este cambio de rol debe ir acompañado de formación, ya que uno de los grandes handicap del sistema sanitario es la profesionalización de sus cuadros gestores y, sin ningún género de duda, los centros sanitarios deben apostar por la creación de direcciones de humanización, ya que esta pandemia nos ha mostrado dos caras: la humanizadora, por la entrega de los profesionales, y la deshumanizadora, por la soledad de los pacientes en su aislamiento. Por estos motivos, la existencia de responsables de humanización en los centros debería ser una prioridad a tener en cuenta.