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Madrid, 8 de julio de 2020.-Durante la crisis sanitaria ha quedado patente la necesidad de reforzar la Vigilancia Epidemiológica y los sistemas de Salud Pública, un apartado que supone solo el 1% del gasto sanitario público; ha habido coordinación entre el Ministerio de Sanidad y las comunidades autónomas, si bien esa coordinación debería haber sido más sólida y efectiva; la falta de solidez de los sistemas informativos ha repercutido en desfases de la información y en la no existencia de conocimiento a partir de esos resultados; la falta de un sistema basado en resultados en salud ha repercutido en que, al igual que situaciones normales, no se han medido resultados de salud ni de gestión sanitaria desde un punto de vista cualitativo; al no tener reforzada la Atención Primaria, no ha funcionado del todo el hecho de que este nivel asistencial debería haber estado en el centro de la gestión de la pandemia; tampoco ha funcionado la coordinación con las residencias, debido a que la integración servicios sanitarios-servicios sociales no existe, y ha fallado, desde un punto de vista general y al menos en un primer momento, la gestión de donaciones de materiales de protección y de otro tipo. Éstas son algunos de los puntos que no han funcionado y/o de mejoría que la Sociedad Española de Directivos de la Salud (SEDISA) ha presentado hoy en su comparecencia en la Comisión Especial no Permanente de Estudio de la Gestión de la Crisis Sanitaria, Social y Económica del Gobierno del Principado de Asturias.
Profundizando en las medidas a adoptar ante rebrotes y/o crisis sanitarias similares, “si bien puede no ser viable que un país mantenga todos los recursos materiales y humanos de forma continuada para atender cualquier crisis en cualquier momento, es fundamental dotar al sistema sanitario de una mayor fortaleza”, explica Domingo del Cacho, Director Gerente del Hospital Universitario Severo Ochoa de Leganés, presidente de la Agrupación Territorial de SEDISA en Madrid y que ha acudido a la Comparecencia. Para Joaquín Estévez Lucas, presidente de SEDISA y Fundación SEDISA, “esto se traduce en la toma de al menos 10 decisiones urgentes: profesionalización de la gestión sanitaria en todos los niveles de gestión; mayor inversión, con presupuestos finalistas; analizar con qué recursos debemos contar ante posibles crisis sanitarias para situarnos en un mejor punto de partida que nos haga más viable la respuesta de forma rápida y efectiva y cómo poder completar los recursos con lo necesario; no depender de forma relevante de mercados exteriores; un mayor desarrollo de la Salud Pública; la integración entre niveles asistenciales y entre servicios sanitarios y sociales; planes de crisis sanitarias a gran escala; configurar un sistema nacional con infraestructura y herramientas de coordinación efectivas y eficientes y flexibilidad; caminar hacia una gestión y planificación sanitarias basadas en el conocimiento que aportan los datos y desarrollar unos sistemas informáticos sólidos”.
Pero no podemos quedarnos en lo necesario para atender una crisis sanitaria, sino que debemos mirar más allá y apostar por impulsar una transformación del sistema y del modelo de atención sanitaria con una visión de medio-largo plazo, “porque las bases necesarias para atender una crisis sanitaria como la ocasionada por el Covid-19 son las bases necesarias también para contar con un sistema sanitario fuerte y sólido”, ha defendido Domingo del Cacho durante la Comparecencia, añadiendo que “en ese sistema sanitario fuerte y sólido, el papel de la gestión sanitaria y, en consecuencia, de los Directivos de la Salud debe cobrar una mayor importancia”.
Por ello, en base a la Misión de la Sociedad – transformar y hacer evolucionar el modelo sanitario hacia la excelencia, a través de la profesionalización de los directivos de la salud y la gestión sanitaria y de la autonomía de la gestión- y al hecho de estar formada por más de 1.900 profesionales que desempeñan una función directiva en sus puestos de trabajo, SEDISA está trabajando en el documento PROPUESTAS FUTURAS DE GESTIÓN TRAS EL COVID-19. POR LA RECONSTRUCCIÓN Y LA TRANSFORMACIÓN DEL SISTEMA SANITARIO, que pretende recopilar y priorizar las medidas de gestión sanitaria necesarias para construir un sistema sanitario de calidad y eficiente tras el Covid-19. El documento, que cuenta con la colaboración de MSD y que se está desarrollando en el marco del Proyecto Colaborativo SEDISA para la Investigación sobre la Gestión del Covid-19 (INGESCOV), parte de un primer borrador a partir del que, a través de grupos de trabajo formados por miembros Directivos de la Salud de SEDISA, se completará el contenido y se consensuará después con un panel de Directivos de la Salud más amplio, tras lo que se impulsará la puesta en marcha de proyectos ad hoc para desarrollar las medidas que se consideren más prioritarias.
Por el momento, el borrador presentado hoy en la Comisión Especial no Permanente de Estudio de la Gestión de la Crisis Sanitaria, Social y Económica del Gobierno del Principado de Asturias, recoge 70 necesidades y medidas concretas en un total de 11 apartados. “El documento abre su contenido con la Gobernanza de las Organizaciones Sanitarias, incluyendo como medidas la implementación de los indicadores de Gobernanza en los contratos de gestión, la publicación de resultados de gestión sanitaria, basados en resultados de salud y de eficiencia y la acreditación de Directivos de la Salud y procesos de selección objetivos y transparentes, así como el reconocimiento de la carrera profesional de los Directivos de la Salud”, explica el presidente de SEDISA y Fundación SEDISA.
Recursos Humanos y Profesionales, el impulso y reforzamiento estratégico de la Atención Primaria y la Salud Pública, la Investigación I+D+i, fármacos y vacunas, la transformación digital, la Integración de los Servicios Sanitarios y Sociales, la política farmacéutica, la financiación sanitaria, la transformación del modelo de atención sanitaria y el enfoque estratégico de la transformación. Según Joaquín Estévez Lucas, “es fundamental el desarrollo de un plan estratégico que incluya todas las líneas de actuación presentadas, lideradas por el Consejo Interterritorial, en cuyo desarrollo participen todos los agentes del sector -directivos de la salud, profesionales, pacientes e industria-“. Dicho plan estratégico debe incluir el plan específico de gestión de crisis sanitarias a gran escala, que establezca la coordinación por encima de intereses localizados y unilaterales, pero también desde la autogestión y el buen gobierno de las organizaciones sanitarias. “En ese enfoque estratégico, -concluye Joaquín Estévez Lucas- es fundamental la profesionalización de la gestión sanitaria, impulsando el liderazgo de los directivos de la salud en la transformación del sistema”.