Mi especialidad, Medicina Preventiva y Salud Pública – MPYSP -, juega un papel nuclear en una situación de crisis de salud pública como la actual pandemia. Para poder desengranar el rol que desempeñan los especialistas en MPYSP resulta necesario ‘descomponerla’ en dos de sus principales áreas.
Por un lado, se encuentran los facultativos especialistas y los residentes que trabajan en los Servicios de Medicina Preventiva hospitalaria (entre cuyas competencias se incluyen la vigilancia y control de las infecciones), desde los que se está participando activamente en las Comisiones constituidas por la Dirección de los centros, analizando la situación, asesorando, contribuyendo a elaborar planes de contingencia y respuesta, pero también formando al personal sobre la aplicación de medidas preventivas para evitar nuevos contagios, realizando el seguimiento de los pacientes afectados y de los contactos producidos dentro del hospital, supervisando los circuitos de limpieza y, en definitiva, asegurando que los procesos se ejecuten correctamente para aumentar la seguridad del paciente.
Por otro lado, los especialistas y residentes en MPYSP tienen un importante papel dentro de las Direcciones Generales de Salud Pública de las Consejerías (y, en especial, en las secciones/servicios de Vigilancia Epidemiológica). Desde Salud Pública se analiza la situación de la comunidad, se elaboran protocolos, se realiza el estudio de casos, se da respuesta a las dudas planteadas desde los dispositivos asistenciales y desde otras Consejerías, se realizan llamadas a pacientes para informarles de resultados o hacerles seguimiento… Así como se establece interrelación con el Ministerio de Sanidad, que coordina la respuesta de todas las comunidades autónomas.
Están siendo semanas duras y muy intensas laboralmente para todos. Hay muy buena comunicación con compañeros de otras comunidades y todos están dando lo mejor de sí para contribuir a la resolución de esta situación. En mi caso personal, esta crisis me ha tocado vivirla desde el lado de la Vigilancia Epidemiológica. Estoy participando en el desarrollo del sistema de vigilancia que nos permite monitorizar la actividad del COVID-19 en nuestra comunidad. Disponer de un sistema de vigilancia potente en estas circunstancias es clave para obtener información operativa que posibilite la toma de decisiones. Somos un equipo de trabajo muy reducido, lo que está provocando que las jornadas maratonianas de lunes a domingo se hayan convertido en norma desde hace semanas.
Desde el punto de vista de la gestión sanitaria creo que esta crisis está sirviendo para poner de manifiesto las fortalezas y debilidades de nuestro Sistema Nacional de Salud. La principal fortaleza es, sin duda, los profesionales. A la excelencia técnica, se junta el ejemplo de profesionalidad, solidaridad, empatía, capacidad de lucha y de sobreponerse a cualquier situación que los profesionales están demostrando en una situación tan dura como ésta.
Sería bueno no perder de vista que la situación económica, las listas de espera derivadas de todo lo postergado en estas semanas, la situación de recursos humanos y otros muchos retos que va a haber que abordar tras la resolución de esta crisis pueden abocarnos a la necesidad de reformas de calado de nuestro sistema sanitario. La situación de crisis ha servido para implementar con inmediatez y celeridad cambios muy interesantes, desde el punto de vista de la gestión, como son el crecimiento exponencial de la telemedicina, la supresión de la frecuentación innecesaria o la creación de equipos multidisciplinares que trabajan de manera coordinada y unificada.
En mi ámbito, Medicina Preventiva y Salud Pública es una especialidad ‘pequeña’ en número. No todos los hospitales cuentan con Servicio de Medicina Preventiva y, en muchos casos, éste está claramente infradotado. Si hablamos de las plazas de Técnico en Salud Pública de las Consejerías y del propio Ministerio… En sólo dos comunidades se exige ser especialista y hay algunas en las que siquiera se pondera el hecho de serlo. Creo que la mera descripción de los hechos, en contraste con la situación y las competencias mencionadas previamente, conlleva implícita la necesidad de repensar el modelo descapitalizado (con un presupuesto del 1% del gasto sanitario público) de Salud Pública y de apostar por los Servicios de Medicina Preventiva.