Miguel Angel Martín Peña. CEO de Hack by Security y experto en ciberseguridad

Mª Magdalena Hawkins Solís. Pediatra Endocrinóloga. Doctora en Medicina. Vicedecana de Medicina de la Universidad Europea de Madrid
7 abril, 2020
Álvaro Hidalgo Vega. Presidente de la Fundación Weber y Director del Grupo de Investigación en Economía de la Salud y Gestión Sanitaria (GIES) de la UCLM
8 abril, 2020

Los profesionales de informática y ciberseguridad han estado realizando tareas poco vistas y agradecidas para conseguir que empresas, independientemente de su tamaño, puedan teletrabajar desde sus casas y de esta manera evitar una mayor propagación del virus; por otra parte, al aumentar el uso de determinados servicios online (e-commerce, plataformas de entretenimiento, etcétera) ha aumentado el número de incidencias técnicas que se han tenido que solventar.

En el ámbito de la ciberseguridad han surgido multitud de bulos y fake news, algunos de ellos simplemente son un texto, pero otros de ellos esconden ataques de phising o malware para tratar de obtener las credenciales de los usuarios o infectar sus equipos; por otro lado, el número de ataques a empresas o entidades públicas también ha aumentado. Muchos de estos ataques se conocerán a posteriori, cuando todo haya vuelto a la normalidad; al estar los ciberdelincuentes en sus casas sin poder salir, tienen más tiempo para preparar sus ataques, otras veces son los llamados script kiddies los que realizan los ataques; suelen ser personas jóvenes que se aburren en casa y han visto o leído algún artículo sobre cómo hackear algo y prueban. Por mucho que sean sin intención de hacer daño, son un delito.

En estos momentos sabemos que es difícil pensar en la ciberseguridad por parte de los profesionales sanitarios cuando están atendiendo y salvando vidas, pero siempre deben de estar alerta, si un profesional sanitario accede a un enlace que no debe o descarga un fichero malicioso, puede infectar a toda la red del centro donde esté trabajando, dependiendo del tipo de virus o ransomware se podrían cifrar expedientes médicos, colapsar equipos informáticos, dejar de funcionar escáneres, etcétera. En definitiva, el daño producido por un ciberataque en estados de crisis, cuando las personas somos más vulnerables, puede ser devastador.

En cuanto a prepararnos para otras crisis sanitarias futuras, hablando de ciberseguridad, concienciación, no se le va a pedir (sería una locura y una equivocación) a un profesional sanitario determinados conocimientos técnicos, pero sí un uso responsable y un conocimiento mínimo sobre el daño que puede suponer un ciberataque, y como, en la medida de lo posible, prevenirlo o al menos minimizar el impacto.

En ciberseguridad siempre las personas somos el eslabón más débil de la cadena, por este motivo hay que enseñar a toda la población en general una serie de pautas; que van desde la no difusión de noticias falsas, debemos cerciorarnos sobre qué reenviamos a nuestros contactos o publicamos en redes sociales, haciendo caso a las fuentes oficiales, a saber distinguir un mail fraudulento de uno auténtico; en el primer caso se puede crear un ambiente de histeria y estrés no necesario en el resto de la población, en el segundo caso, podemos infectar nuestros equipos o caer en una estafa y perder dinero, reputación e información personal.